lunes, 27 de octubre de 2008

INPUT

Mala Malena , compañera de la UEM lanza un tema sobre el que discutir y recapacitar:

PUBLICIDAD SOCIAL

La palabra mueve montañas, y por eso, no podemos infravalorar el poder de la comunicación. Desde Zeus, que la utilizaba para llevarse a la cama a toda jovencita viviente, hasta Moisés que convenció a un faraón para dejarlos salir de Egipto y luego a todos los judíos para que lo siguieran durante años por un camino de arena y muerte, y cosas de importancia tan dispares como que Hitler convenciera a miles para cometer la mayor atrocidad jamás vista, o una madre para que su hijo tome leche por las mañanas. No podemos negar que la palabra ha sido y sigue siendo, una de las herramientas estrella a la hora de persuadir o influenciar a alguien. Por supuesto que podemos usarla en nuestro beneficio, en el caso de los publicistas, en el beneficio del cliente (que es el que nos da nuestro “beneficio” en forma de nómina). Pero, ¿y si por una vez en la vida miraráramos por el bien de otro sin querer sacar “tajada” del asunto? La publicidad casi siempre tiene un fin comercial, pero otro tipo de publicidad también es posible. La publicidad social puede hacerse en infinidad de campos, desde campañas antidroga hasta proyectos para ayudar al Tercer Mundo o al medio ambiente, o enseñar a los niños lo que es igualdad desde pequeños, o por ejemplo que se extienda el uso de los preservativos. TODO. Allí donde hay algo que cambiar, algo que enseñar, algo con lo que mover conciencias y llamar a la actuación, allí podemos hacer nuestro trabajo.

Es cierto que la publicidad social debe causar un impacto, que debe ser memorable y conectar esos “circuitos” que van desde el corazón hasta el cerebro. Pero, ¿dónde está el límite? ¿Estamos en un período maquiavélico de la publicidad donde “el fin justifica los medios”? ¿Hay que hacer sentir al espectador “roto” por dentro para conseguir moverlo? ¿O hay que ser tan suave como una brisa y que en el mismo momento en que el mensaje entre por un oído salga por el otro? ¿Se ha acostumbrado la sociedad a ver tantas imágenes tremendas que ya ni siquiera le llaman la atención? ¿Mirar para otro lado sin más es posible? ¿Qué es mejor para la publicidad social: impacto y crudeza o cercanía y ternura? ¿Y en clave de humor tal vez?

Hay miles de ejemplos. Cojamos un tema y veamos distintas posibilidades de abarcarlo. El SIDA – Enfoques:
Crudeza:



“Humor”:





Ternura:


Raros:



Personaje famoso:



Radical:

1 comentario:

J. dijo...
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